Premios 20Blogs

lunes, 27 de noviembre de 2017

Agoreremos somos y en el camino nos encontraremos.

Si. Ya sé que el refrán no es así pero viene muy bien para lo que voy a escribir. Y sino, ya lo cambiaré. Hay gente para que el baloncesto es un juego tonto para gente alta y que es un ir y venir botando un balón. Claro que no recordarán que hace como siglo y cuarto, la gente decía del fútbol que era un juego donde 22 tipos en calzoncillos corrían tras un balón. Lo cuál tampoco iba mal encaminado. Pero eso es otro tema. No voy a entrar en la historia del baloncesto sino cuando yo empecé a verlo. Veía en la tele el Torneo de Navidad del Real Madrid en la Ciudad Deportiva, con aquel suelo de parqué, término que aún se sigue usando, y los comentarios de Héctor Quiroga. También influyó que algunos de mis compañeros de 2° de BUP eran aficionados e, incluso, jugaban. Cuando tuve mi primer ordenador, aparte de usarlo para programar en Cobol y tontear instalando y desinstalado cosas, lo usaba para jugar. Y dos de esos juegos eran de baloncesto. En aquella época ya era aficionado, veía los partidos de Liga, a veces en directo (ver un partido detrás del banquillo del Fórum Filatélico de Valladolid y que se te siente delante Arvydas Sabonis es toda una experiencia mejor, claro está que encontrarse una noche del 24 de diciembre, saliendo del Palacio de los Deportes de ver la segunda jornada del Torneo de Navidad y encontrarme de frente con Uliana Semenova).
Pero, ¿a qué viene todo ésto? Muy sencillo. Supongo que la gente sabrá que esta semana pasada se ha jugado la primera de las polémicas "Ventanas FIBA". ¿Y en qué consisten? Pues es lo mismo que lo parones de selecciones en fútbol. En la mayoría de los deportes que sigo, salvo el baloncesto, tienen sus parones de selecciones para jugar partidos, ya sean oficiales o amistosos, y en la mayoría de los casos, los campeonatos continentales o mundiales caen en mitad de la temporada. En fútbol, estos eventos suelen ser entre finales de junio y mediados de agosto (las pretemporadas de los equipos y alguna liga han empezado aparte de que hay países donde también caen a mitad de temporada) mientras que en baloncesto suelen ser en septiembre. Apenas terminan, los jugadores que juegan en la Liga Endesa se incorporan para empezar. Pero en baloncesto, la Liga Europea es una liga privada y para hacer algo, hay que contar con ella. Pero ésto es en plan "yo soy más chulo que tú". Pero ésto tampoco va de ésto sino de la selección que ha participado en esas dos jornadas. Nadie daba un duro por ellos porque no iban los NBA ni los jugadores de la Euroliga. Hay que reseñar que hay equipos que han cedido a sus jugadores para jugar. ¿Son malos los que han ido? Pues si están jugando en, posiblemente, la liga más fuerte de la FIBA, y siempre jugadores importantes, es porque saben algo de ésto. Y mucho más de los que han dicho que ni tendríamos Mundial ni Olimpiadas. Pues han dejado la mejor sensación posible. Un equipo que, a falta de entrenar sistemas ofensivos, se emplearon en defensa. Un equipo que permitió mostrar el nivel de gente de esa que ha servido de sparring en otras concentraciones y que hay gente que se pregunta el parqué no han ido antes. Un equipo que ha permitido mostrar el nivel de jugadores que han destacado en categorías inferiores, que están teniendo protagonismo en sus equipos y que están llamados a cubrir las bajas, que llegarán, de los Gasol, Rudy, etc. Señores, hay nivel.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Pelear por pelear.

La gente se cree que es algo nuevo pero, los que hemos seguido el baloncesto, con más o menos intensidad, sabemos que el problema de las famosas "ventanas" FIBA, y ese choque entre ella y la Euroliga, viene de antes. Es lo malo que tienen los intentos de implantar ligas privadas o pseudo privadas. Para ello han de contar con equipos. A estos, que saben que ese tipo de competiciones les puede venir bien, se le ofrece y aceptan, claro está. En este caso, la Euroliga surgió como una mejora de la Copa de Europa. Algo parecido a lo que hizo la UEFA pero con una gestión propia. La cosa es que nadie quiere ceder porque nadie quiere perder dinero. Realmente no entiendo la razón por la que la Euroliga cambió el formato de competición. Creo que es para que los clubs de las ligas más importantes, las dejen para que se dediquen sólo a la suya. ¿Alguien se imagina que la Liga de Campeones (Copa de Europa de aldelaif y que no hace honor a su nombre porque la juegan equipos que no lo son), jugaran una liga en plan todos contra todos? Pues seguro que los primeros que dirían que no serían los clubs. Porque igual pierden dinero y eso no le gusta a nadie.
Lo malo de que dos personas no quieran sentarse a hablar entre ellos del mismo tema, es que no haya alguien que se preocupe porque lo hagan. Lo malo de un deporte es que no haya federaciones continentales. ¿Acaso hay una FEBA? ¿A que no? Pues eso. A veces creo que ésto es como lo de Cataluña.
Y así nos va. Continuará.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Derby.

Cada vez que se anuncia el principio de una temporada, con sistema de liga y donde se saben los participantes, al conocerse el calendario, la gente va a buscar los partidos clave. Siempre hay un clásico. En algunas partes ya no se disputan porque uno de los participantes no existe o está en otra categoría. En la NBA siempre será Lakers-Celtics y en España, si están ambos, Madrid-Barça. Pero también se marcan los derbies. Y esta semana se acerca uno de los que se marcan desde siempre. Atlético de Madrid vs. Real Madrid. Es uno de esos partidos que se presentan de una manera diferente. Es uno de esos partidos que se viven de una manera diferente. Es uno de esos partidos que se viven de una manera diferente. Todo es de una manera diferente. Siempre hay algo que marca el partido. Hasta hace unos años, la cosa era saber el número de goles que iba a encajar el Atleti o si iba a ser capaz de no perder. Porque se daba por sentado que no iba a ganar. Hasta que la racha cambió. Así, los atléticos estamos un poco crecidos aunque los madridistas también. Aunque ambos están empatados a puntos, la prensa (como ha sido habitual) sólo buscan la distancia entre los blancos y el Barça, esté o no líder, como pasa ahora. Yo escribo ésto desde el punto de vista atlético ya que es mi equipo. Siempre que llega un derby, la prensa de Madrid empieza a sacar noticias, basadas en el típico "... yo creo que ...", "... he oído que ..." o "... pues el amigo del yerno del cuñado del primo del hermano del portero de la finca del pueblo ese que está a 300 km ...". Pero lo malo es que, como he dicho, digo y diré muchas veces, estamos en la época del titular. Se leen las frases resaltadas y ya está. Así, en los bares o en las oficinas, se asegura que Griezman se va al PSG, al Manchester United o, para rizar el rizo, al Madrid. O que el Cholo va a sustituir a Sampaoli tras el Mundial de Rusia. Todo asegurado. Realmente no sé que se busca con eso. Igual picar a la gente. Pero, a quien le gusta el fútbol, sea o no de alguno de los equipos, no hace falta picarlos, entendiendo por picar el hacer hablar de ello. Lo malo es quien no sabe ni entiende ni comprende de fútbol. Esa gente habla. Habla y pueden pasarle tres cosas. Que lo haga con gente a la que el fútbol les importe un pimiento, que tenga la (buena/mala) suerte de hacerlo con gente que cree que sabe o que sepa de verdad. El resultado será que, o pasan de él, le tratan de inculto futbolístico o le intentan explicar. Sea lo que sea, acabará enfadado.
Pero, la verdad es que, a este lado de, ahora, la M-40, esa forma de actuar de la prensa ya no molesta. Es más, se da por sentado que el tema será así desde un mes antes. Lo único que puede molestar es que el parón por las selecciones haga que tengan que juntar, al menos en la tele, todo lo que hubieran dicho la semana pasada ya que, sin selecciones, el partido hubiera sido este sábado anterior. Hoy, por ejemplo, de pasada he visto la parte deportiva del informativo de Telemadrid donde, tras poner declaraciones de ambos entrenadores, pasaron a hablar de Griezman. Que metía más goles con Francia que con el Atleti (son los mismos) y que tenía pájaros en la cabeza volviendo con la cantinela de que se quiere ir. Por eso, amontonar. Pero es lo que hay. Aúpa Atleti. Pase lo que pase.

viernes, 20 de octubre de 2017

Villar.

Si no recuerdo mal, no era un jugador brusco y tosco. Es lo que antiguamente tenía el llevar el 8 o el 10. Claro, que el fútbol de aquella época no era el de ahora. Era más deporte y menos negocio. Pero pasado un tiempo tras su retirada, apareció tras la tortuosa y polémica etapa de Pablo Porta. El famoso Pablo, Pablito, Pablete de Supergarcía. Si no recuerdo mal, aquello se vendió como un cambio. No está mal que los rectores del deporte hayan sido deportistas. Y no me refiero a jugar pachangas con los amigos del barrio, no. Jugar a nivel profesional. O semi por lo menos. Que sepa de que va. Pero sabiendo regir, claro. Lo malo de que una persona se perpetúe en el cargo (hay gente que no ha conocido otro presidente de la RFEA) es que da la sensación de que nada cambia. Nada evoluciona. Todo es lo mismo. Sólo se puede notar que cambió algo fue con la LFP. La moda de que algunos deportes separaran la competición más importante de el régimen de las federaciones y tener cierta autonomía. No sé mucho de las movidas que han podido haber entre la ACB y FEB (no sé porque no lleva la R delante).
Pero pasado el tiempo, (no recuerdo cuando empecé a escribir este artículo), veo que las cosas no han cambiado. Y no lo han hecho porque se ha dejado de hablar de ello. Les ha venido bien a todos que volviera Rafa Nadal, que aparecieran las crisis del Madrid y Atleti de fútbol y Barça de baloncesto, la odisea del equipo de tiro al volver a España, .... Y todo sin contar lo que hay fuera del deporte. En las federaciones que estén bajo sospecha, debería aplicarse una especie de 155 y limpiar y depurar. Cargos y responsabilidades. Como en todo. No puede ser que la gente que ha cometido delitos esté en la calle como si nada. El Villarato, por desgracia, aún no ha terminado.
Tiempo al tiempo.

martes, 10 de octubre de 2017

Se acabó.

Con el partido de ayer, en lo que se refiere a la Selección Española, quedó cerrada la fase de clasificación para el Mundial de Rusia del año que viene. Hoy terminarán el resto. Ahora todo el mundo está haciendo cábalas acerca de los que irán a las repescas para lograr las últimas plazas.
Pero yo me voy a centrar en el papel que ha hecho España durante estos meses tras la Eurocopa del 2016. Sí, ninguna derrota. Sí, 9 victorias por un único empate. Sí, muchos goles a favor y sólo 3 en contra. Pero, ¿y el juego? Que se fuera del Bosque, que debía haberse ido tras el Mundial de Brasil y el ridículo que hicimos, y viniera Lopetegui, daba su aquel por el tema del continuísmo. Más de los mismo. Mucho centrocampismo, mucho balón por los defensas, laterales "ofensivos" que no saben encarar ni llegar a la línea de fondo pero que se creen delanteros centro, .... Pues hasta que Julen no sacó tres defensas en un partido, nadie había notado nada salvo el comienzo de ausencias de gente que había sido, prácticamente, fija en la etapa anterior. Por supuesto que hay jugadores que, salvo lesión o sanción, jugaran todos los partidos. Pero luego depende de los secundarios que a veces son los que marcan la diferencia.
Una selección de primer orden (o primero y medio) como la nuestra, no puede tener gente muy mayor. Es cierto que es necesario porque la experiencia es un grado. Pero poco a poco deben dejar su puesto a gente más gente. Claro que también depende de esos relevos. Recuerdo cuando aparecieron las selecciones de los países salidos de la antigua Yugoslavia, gente que jugaba de interiores o pivotes, tenían que jugar de laterales o centrales. Cierto es que es raro que un futbolista sea capaz de jugar en un solo sitio. Porteros y delanteros centro de la antigua usanza. Nada más. Diría yo que es algo que al Marqués le costaba pero que a Lopetegui, dado que se ha venido currando las categorías inferiores, ha decidido dar el paso y empezar a incorporar a quien ha tenido a sus órdenes. No subirán todos pero junto a los Koke, de Gea, Thiago e Isco, se han sumado los Saúl, Asensio (aunque es algo menor), Rodrigo y alguno más.
Pero ésto era para hablar de la fase de clasificación. Todo el mundo sabía que todo dependía de Italia. Todo dependía de ello aunque más de un equipo nos ha dado un susto. Ya no hay selecciones a las que ganar por goleada. Bueno, si las hay pero menos. Ya será porque sus jugadores empiezan a hacer pinitos fuera o porque se lo toman más en serio. ¿Quién se iba a pensar que Albania nos iba a poner las cosas difíciles? Nadie. Porque todos recordamos esos 5-0, 7-0 p el famoso 12-1 a Malta. El fútbol es un juego. Aunque no lo parezca. Pero un juego en sí. Pero no de niños. Ha habido partidos dónde ese juego ha dejado mucho que desear. Sobre todo cuando, ayer, parecía una vuelta al pasado. No puede ser que Ramos o Piqué tocaran más el balón que Aduriz. Que nadie fuera capaz de meter un balón entre líneas o que se llegara a la línea de fondo. O tener a 9 jugadores de campo en campo contrario. Así, sí que se tiene posesión pero sin beneficio. Espero que en los partidos que juguemos hasta que empiece el Mundial se vayan puliendo cosas. Porque ahora empieza lo serio. Nada más. Nada menos.

lunes, 26 de junio de 2017

Esas son mis chicas.

Desde hace un tiempo a esta parte, el deporte femenino nos ha acostumbrado a darnos alegrías. Tanto en deportes individuales como colectivos. Atletismo, natación, balonmano, baloncesto, hockey .... Incluso deportes tan asociados a lo masculino como rugby o fútbol. Cierto es también que el acceso de las mujeres al deporte de élite fue muy complicado durante mucho tiempo. Aún lo es en países sin recursos o cuya cultura no lo permite. Pero, aunque haya gente que no lo entienda o no lo quiera entender, una mujer tiene el mismo derecho a competir en lo que sea si n restricciones.
Ayer volví a maravillarme viendo a la selección femenina de baloncesto. Ya lo hice en el primer partido aunque no me gustó el tercero donde se defendió muy mal y que sirvió para cosechar la única derrota del campeonato. También me perdí el de cuartos. A veces son incompatibles los horarios de partidos y trabajo. Pero la semifinal y la final fueron majestuosas. Además, hay que ir cambiando piezas porque la gente se empieza a jubilar. Al igual que en balonmano, selecciones que también nos han acostumbrado a pelear por todo pero que hay que renovar. Y lo bueno es que, a pesar de que hay que cambiar cosas, el nivel sigue siendo el mismo. Aspirar a lo máximo pero sin venirse arriba. ¿Alguien no da a Carolina Díaz, Mireia Belmonte, Ruth Beitia o Maialen Chourraut en una final?¿Y sin medalla? No. Nadie. Y es que, por alguna razón, a lo tonto, a lo tonto y, sobre todo sin hacer ruido, nuestras deportistas, desde categorías inferiores, de ésas de las que no se habla más que en los colegios o en las charlas entre amigos mientras se ven fotos, han dicho que ahí están ellas. Y eso, el que se vean, ha hecho que empresas empiecen a patrocinar al deporte femenino. Dinero sin el que no de puede hacer preparación aunque no faltan las que se van fuera. Desconozco como irá ahora el tema de las becas ADO, algo sin el que much@s deportistas podrían prepararse ya que no tod@s pueden compaginar entrenamientos con estudios y/o trabajo. Y si es complicado para los hombres, que decir de las chicas que, además tienen el hándicap de querer ser madres. Eso sí, quien ha querido lo ha sido y ha vuelto a la élite. Es más dicen que con mejores condiciones.
Pero sigue siendo difícil porque, por muy buena que sea Garbiñe Muguruza, nunca será Rafa Nadal. Por buena que sean Alba Torrens, Laia Palau o Marta Xargay, nunca serán Pau Gasol, Ricky Rubio o Sergio Llull. Por muy buena que sean Vero Boquete o Amaya Sampedro, nunca serán Cerresiete o Koke. Es más, es más noticia una foto de aquél que una victoria de ellas. Lo malo es que hay mucha gente que presume de que le gusta el deporte pero, a la hora de la verdad, sólo sabe hablar de fútbol. Y poco.
Eso también es un asunto a tratar al hablar de igualdad. Ellas luchan, pelean y se entrenan igual que ellos pero deben rendir el doble para que las nombren en las noticias. Eso no debe ser así que los estamentos responsables deberían ponerse de acuerdo para pedir a los medios de comunicación mayor presencia en ellos. Por ellas. Porque se lo merecen.
Va por vosotras.

jueves, 25 de mayo de 2017

La dualidad.

La Liga ha terminado por lo que empieza la época de anuncios de salidas, de llegadas y, lo más habitual, lo rumores. También, una de las cosas que más se busca, al menos en España, es que los equipos del segundo vagón tengan la plantilla suficiente para hacer frente a los dos grandes. Pero, por otro lado, todos saben de buena tinta que los mejores jugadores de cada club e, incluso, los que han tenido una buena temporada, quieren ir al Madrid o Barcelona. Y para corroborarlo, rebuscan en lo más profundo algo para ello. Algún amigo tenía una camiseta de uno o de otro y él se acercaba mucho. O que el tener algún objeto con el escudo de alguno significa que eran de ellos o la típica respuesta a la típica pregunta de si jugaría en uno u otro.
Lo malo de ésto es que cada cosa, cada foto, cada palabra, se puede interpretar en función de lo que se quiera. Por ejemplo, Griezmann. Ahora resulta que se va por que le dijo a un periodista en su país que, sobre diez, la posibilidad de ir al Manchester United era de 6. Luego, en otra entrevista dijo que quería ganar títulos y que al equipo le había faltado algo. O sea, que se hablará de la renovación, que ésta será a la baja para que no tenga problema el Manchester o cualquier otro equipo donde se tenga lo que le ha faltado al Atleti y donde pueda ganar títulos. Ahora le recuerda la gente el penalti fallado en la última final de la Copa de Europa. Pero éste no es un artículo para hablar del Principito ni del Atleti, no. Hablo de la falsedad de la mayoría de las noticias que abarrotarán periódicos y noticiarios televisivos y radiofónicos. Como dije antes, todo el mundo lo sabe todo de buena tinta. Marco Reus fichado por el Atlético de Madrid (perdón) según Juan Gato hasta el verano pasado. Levandoski al Madrid porque se quería que Madrid fuera ciudad de paso para Morata. Sí, lo sé. Se habla de todos los equipos pero siempre centrados en los dos de siempre. En rugby, voleibol o hockey no pasan esas cosas porque la gente no sabe ni como se juega ni los equipos que hay en sus ligas. A mí también me pasa aunque hace años conocía algunos porque se televisaban partidos. En baloncesto, como hay jugadores que cambian de equipo una, dos y hasta cuatro veces de equipo, incluso de país, tampoco se da mucha importancia aunque también va todo hacia los dos grandes, aunque en la liga regular no hayan quedado primeros, sobre todo si el Barça pierde el tercer partido de la eliminatoria de cuartos (primera vez en la historia) y el Madrid, tras el pufo (lo llamen como lo llamen ha sido un pufo por ir de crecidos), si ganan la liga. En balonmano, en cambio, todo se centra en ver quien ocupa las plazas desde el segundo ya que el poderío económico del Barcelona (al igual que el baloncesto no tiene presupuesto propio sino que tira del del fútbol) le permite fichar los mejores jugadores que sólo dejan el club cuando pasan los 30.
En fin, no quiero dualidad pero, cuando no la hay, critico a los dos grandes por no estar arriba y a los de abajo por atreverse a subirse, no ya a las barbas sino a lo alto de la cabeza. Nunca mejor dicho.
Así que aquí dejo el artículo. O se lee o no se lee. Aunque no criticaré ninguna de las opciones que se cojan.

sábado, 20 de mayo de 2017

Despedida.

Una persona muy querida me dijo una vez que no es lo mismo un hasta luego que un adiós. Lo primero es cuando la despedida es temporal. No se sabe el tiempo que durará pero se da por hecho que habrá un reencuentro. El adiós es cuando es definitiva.
Mañana se echa el telón al Vicente Calderón. Al Estadio Manzanares. A nuestra casa de los últimos 50 años. Al abandonarlo cuando terminen los actos programados, seguro que a muchos, a todos, nos vendrán a la mente todos y cada uno de esos momentos que vivimos, sufrimos, lloramos, reímos, gritamos, saltamos, cantamos. Porque aunque no entré para quedarme hasta la segunda temporada en el infierno, me sentí dentro. Dentro todos y cada uno de los partidos. Como todos los que hemos visto esos partidos por la tele u oído por la radio. Este año era, es, el último de la historia de nuestro campo. Igual que lo fue del de la calle O'Donnell. O del Metropolitano. El primero.
Por que igual que hubo un último primer partido de Liga, un último primer partido de Copa, un último primer partido de Copa de Europa, también habrá un último último partido de Liga como hubo un último último partido de Copa, un último último partido de Copa de Europa. En éstos está el sabor amargo de no haber pasado las eliminatorias pero con la satisfacción de haber llegado hasta el último partido que podríamos haber jugado en nuestra casa. Semifinales. En aquel, la satisfacción del objetivo cumplido. Así que se echa el cierre. Para siempre. Hasta luego, Templo. Hasta luego, Coliseo. Hasta luego ¿Hasta luego? Si. Su espíritu no se irá nunca. Se mudará con nosotros volviendo a su casa desde su casa.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Atlético de Madrid.

En un principio, al menos directamente, nunca iba a hablar de mi club salvo comentarios sobre la jornada de Liga. Esa idea fue una de las muchas que se pudieron quedar en el camino como tantas otras. Pero hoy si. Muchos dirán que es por lo de ayer. Bueno, eso ha hecho adelantar el artículo aunque sin cambiar el contenido del mismo. El Atlético de Madrid tiene dos fechas marcadas en rojo este mes de mayo. El miércoles 10 y el sábado 20 o el domingo 21. Ambas tienen dos cosas en común. Celebración y rival. Se celebra el último partido de las dos competiciones punteras del mundo: Copa de Europa y Liga. Último partido en el Vicente Calderón. Y también tiene su aquel el rival. El antagonista de la capital el primero y el alma mater el segundo. Días de fiesta. Días alegres. Días tristes. Pase lo que pase. Pero serán así. Más que después del partido de las leyendas. Habrá sentimiento. Pensamientos. Saber que vamos a terminar una historia para empezar otra. Una historia que, en el fondo, no es más que un capítulo. Una historia que empezó a escribirse un 26 de abril de 1903. Y que durante todo este tiempo, esos 113 años, han, hemos, escrito una parte. Momentos en los que tocamos el cielo. Tocar es más que rozar. Momentos en los que bajamos al infierno. Momentos en los que fuimos una montaña rusa. Momentos en que estuvimos contentos. Momentos en los que estuvimos tristes. Momentos en los que estuvimos enfadados. Momentos. Pero todos esos momentos, fueran como fueran, tuvieron algo en común. Todos esos momentos se caracterizaron porque siempre estuvimos orgullosos de nuestros colores. De nuestro equipo. De nuestros jugadores. Por eso, esos días marcados en rojo lo están por ser fiesta. Por ser de esos días donde sí que seremos ese jugador número 12. El 12, 13, 14 y hasta el 25. Todos seremos todos. Todos seremos uno. Porque queremos despedirnos bien de esa que ha sido nuestra casa durante 50 años. Para hacer que el primer partido en la nueva, ese nuevo Metropolitano (Wanda paga pero nada más) nos haga entrar con esa misma sonrisa de oreja a oreja los dos días que también marcaremos en rojo. Aún no sabemos cuándo. Aún no sabemos cuáles. Pero lo sabemos.
Somos un equipo especial. Puede que haya más equipos especiales. Puede que para cada aficionado el equipo especial sea el suyo. Pero quien conoce a este equipo, y cuando digo conocer me refiero a saber algo de su historial, por alguna razón, queda marcado. Eso no lo hacen todos los equipos. Eso sólo lo hacen los equipos especiales. Como el nuestro. Así ha sido. Así es. Así será. Contigo hasta el final.
AÚPA ATLETI.

jueves, 27 de abril de 2017

De hijos a padres.

Esta mañana he leído una de esas historias que conmueve e, incluso, te hacen soltar laguna lágrima. Era la historia de un hombre inglés que vive en un pequeño pueblo del este de Inglaterra. El pueblo tiene un equipo que juega en lo que sería nuestra Tercera División. El hombre tiene un hijo que, en aquella época era pequeño. Viendo un partido de Copa de Europa (ni Champions ni Europa League. Copa de Europa y de la UEFA), el niño se emocionó oyendo el himno de la competición y le preguntó si podría animar a algún equipo que la jugara. El padre le dijo que si siempre y cuando no fuera un equipo inglés para que no compitiera en el equipo del pueblo. El chaval aceptó y su padre le dio un libro de equipos de Europa. A pesar de ser grande, el niño empezó a pasar hojas llenas de datos e historia de los diferentes clubs. Hasta que, de repente se paró en una.
-       Este equipo, papá – le dijo al padre.
Éste miró la página que había señalado su hijo. Se fijó en las rayas rojas y blancas de la camiseta y el oso y el madroño de su escudo. Ese equipo era el Atlético de Madrid. El equipo le sonaba de haber jugado la Copa de Europa e, incluso haber llegado a alguna final Pero tenía la impresión de que las horas buenas habían pasado porque se encontraba en la Segunda División española a pesar de haber ganado la liga hacía pocos años. Le comentó a su hijo que eso no era posible porque nunca jugaría esa competición ya que estaba en Segunda División. Pero el niño se había obcecado en ello. Algo muy atlético según decía la historia. El equipo no era inglés así que valdría. Dado que el padre consiguió convencerle así que, para que se le quitara la idea de la cabeza, le prometió que animarían a ese equipo pero con una condición. Deberían encontrar una camiseta de ese equipo en la tienda del pueblo. Si era así, se la compraría. Un equipo que llevaba tiempo fuera de la primera línea del fútbol europeo no tendría a la venta ninguna camiseta en una tienda inglesa y menos en una de un pueblo pequeño. Así que, al día siguiente, padre e hijo se acercaron a la tienda. Todo estaba lleno de camisetas del Real Madrid. Camisetas de todas las tallas. Desde bebé hasta XXXL. El niño cambiaría de opinión. Pero éste se puso a mirar en todas aquellas camisetas blancas hasta que, oh sorpresa, encontró su tesoro. El padre se quedó sorprendido y el niño salió de la tienda feliz y con su camiseta puesta que le queda tan grande que parecía un vestido. Se las tuvieron que ingeniar para poder ver los partidos de ese equipo del que se había quedado prendado el niño. Otro niño, éste con pecas, se convirtió en su héroe. Con él, el equipo volvió a la Primera División española. Una etapa llena de risas y llantos sobre todo cuando aquel chaval con pecas se fue del equipo. Invitó a su hijo al Calderón por su cumpleaños. Abrazó a su hijo cuando Miranda cabeceó aquel balón a la red para darle al Atleti la Copa del Rey en el Bernabéu y más fuerte aún cuando, en vez de Miranda fue Godín, en vez del Bernabéu fue el Nou Camp y, en vez de la Copa del Rey fue la Liga. Esos abrazos se tornaron en lágrimas amargas cuando el otro equipo de la capital, no una sino dos veces, les apartó del sueño que perseguían. Así, con el paso del tiempo, ese equipo humilde al que habían aminado tanto él, su padre y su abuelo, había sido sustituido por aquel Atlético de Madrid cuya bandera colgaba del balcón de la casa. Nadie del pueblo entendía esa pasión (nadie salvo nosotros la entiende) hacia un equipo extranjero cuando nunca habían salido del pueblo. Esa pasión y ese sentimiento lo había aprendido de su hijo.
Quien escribía esta historia la había oído del propio hombre cuando le vio en el campo del Leicester con una camiseta del Atleti. La camiseta de su hijo que, por trabajo, no había podido ir pero tenían pensado viajar a Cardiff si conseguían superar las semifinales. Cantó el himno del club. Con acento inglés pero lo cantó. El “ … muchachos, hoy viajamos juntos otra vez … “ La verdad es que este tipo de historias demuestra lo grande que es el fútbol. Ese fútbol que se limita a animar hasta quedarte sin voz, a cantar los goles de un equipo que, hacía 17 años sólo te sonaba de oídas. Ese fútbol que te hace hacerte de un equipo sólo por la pasión y la determinación de un niño de siete años en querer animar a ese equipo. Esa fe en que el equipo conseguirá éxitos aunque esté en horas bajas. Generalmente, esto suele ir en sentido contrario. El padre es de un equipo y el niño le sigue aunque luego cambie de colores o deje de gustarle el fútbol. Aquí fue al revés. El niño convirtió al padre. No todo son millones. No todo son coches caros. No todo es violencia. A veces todo es tan simple como amar a un equipo de forma intensa. Como debe ser.
Igual deberíamos aprender de esa forma de animar.

lunes, 24 de abril de 2017

Ideas, pensamientos, conclusiones y obsesiones.

Para llegar a algo hay que haber recorrido un trecho. Largo, corto, duro, suave, recto, ondulado, pero trecho al fin. Pero, por ejemplo, el mismo trecho puede dirigir a diferentes algos al igual que a un mismo algo se puede llegar desde diferentes trechis. Y, por supuesto, hay otros trechos que llevan a otros algos. Lo bueno de vivir en un país libre es que la gente debe respetar el trecho que elija cada uno y el algo a donde quiera llegar. Pero hay gente que, porque otros no vayan por su trecho, automáticamente se dirigen a un algo concreto. Y nadie les baja del burro. Eso sí, están en su derecho de pensarlo igual que lo están de estar equivocados. Habrá algún lector (porque espero que alguien lea el artículo) que se preguntará la razón de toda esta charla. Pues es sencillo. Ese algo puede ser una conclusión y el trecho, ideas y pensamientos. Visto lo visto, oído lo oído y leído lo leído, me he dado cuenta que esa conclusión es el antimadridismo y las ideas y pensamientos es que todo el mundo que no sigue la senda del Madrid está en contra de ellos radicalmente. Y eso es así. Por ejemplo el martes. Yo soy del Atlético de Madrid (una de las razones para ser ferviente antimadridista) por lo que su partido no lo vi salvo la prórroga ya que estuve viendo el de mi equipo. Pero lo oía por la radio. Gracias a ello pude saber que Arturo Vidal no debió acabar la primera parte ni Casemiro el partido. También que Neuer salvó al Bayern de una goleada y que el penalty que supuso el primer gol alemán lo era. Pero los dos goles de Ronaldo en el tiempo extra fueron en fuera de juego. Bien. Pues ellos se quedan con que criticas que el árbitro ayudó al Madrid. Ellos, por supuesto, como nunca lo reconocerán, se remiten al penalty que pitaron a favor del Atleti, que no fue y que, a la larga le puso en bandeja la clasificación o del arbitraje del partido de vuelta del Barcelona contra el PSG y en el que remontó un 4-0. Tampoco hablan de lo flojo que está el equipo, tanto en soltura como en defensa. Nunca. Son como Podemos. Buscando excusas, echando balones fuera y acusando a otros. El de ayer se caracterizó por el penalty (estúpido y riguroso si se pita pero penalty a fin de cuentas), el codazo de Marcelo a Messi y las continúas entradas por detrás del Madrid y alguna del Barça, que también hizo alguna. Pero se quedan con que, según ellos, la gente pide que se hubiera expulsado a medio equipo. ¿A medio? No. A medio no. Sólo a quién se lo mereció. Eso sí, quéjate que tu equipo fue perjudicado cuando jugó con el Madrid. Entonces eres un llorón. Pero, como soy del Atleti tengo que ser antimadridista. Y más. Incluso tengo que ser antimadridista que atlético. Sólo porque quiero que pierda (o que no gane) cuando a mi equipo le beneficie. Como ayer. Pero diles algo cuando se mofan cuando el Atleti pierde. Ellos no son antiatletistas, no. Ellos se mofan de un equipo inferior. Un ejercicio de esa humildad de la que hace gala su presidente. No señores, no. Uno no es antimadridista. A uno le obligan a hacerlo. Recuerdo un periodista que escribía en Madrid y más"", creo que los lunes. Hacía una entrevista donde no entendía que hubiera alguien a quien no le gustara el fútbol y, si le gustaba, lo que no entendía era cómo no era del Madrid.
¿Y a qué viene el primer párrafo del artículo? Pues que hay gente a quien ese algo se ha convertido en obsesión. En la que todo el mundo, o es del Madrid o antimadridista. Y que esa gente está obsesionada con el Madrid. Y si te pican y no dices nada, les das la razón. Y si contestas, te picaste. Pero ellos no.
Pero bueno, de pequeño me enseñaron a respetar a todo el mundo. Su idea es que no eres del Madrid lo que les hace pensar que vas en contra de ellos por lo que su conclusión es que eres antimadridista. Y su conclusión les obsesiona. A todos no, claro. Pero si ellos meten en un saco a todos, yo también.

miércoles, 19 de abril de 2017

Orgullosos de nuestros jugadores.

No lo se. Es posible que lo tengan pero sólo sé el del mío. Es un cántico de la afición del Atleti a sus jugadores. Yo hago muchas bromas a mis amigos del Madrid diciéndoles que les respeto aunque no sepan de fútbol. Lo que sí que sé es que los jugadores del Atleti se dejan el alma en el campo (en Copa de Europa, tres de los cinco jugadores que más corren son rojiblancos madrileños siendo un de ellos Koke que es el segundo mejor pasador) y eso hace que la afición esté orgullosa. No me gusta cuando juegan mal y lo critico. Eso sí, no es lo mismo jugar mal que jugar práctico aunque haya gente que lo confunda.
Todo este rollo viene a colación de un comentario en Facebook, por parte de un antiguo compañero de trabajo, en el que hablaba de lo orgulloso que estaba de su equipo. Yo, con mi sorna habitual, pregunté la razón por la que no estaba el escudo del Atlético de Madrid. Y ahí empezó la retahíla de Copas de Europa, minutos 93, etc., etc., etc. Y yo respondí acerca de lo que hablo aquí. Uno está orgulloso de ser de un equipo por representar unos valores aunque ésto es algo que en el fútbol profesional actual se está perdiendo. Los valores los llevan o lo representan los aficionados y la gente que lleva en el club toda la vida. Tengo que confirmar que, a pesar de que no la he oído entera, los cachos de la entrevista a Saúl me hicieron soltar alguna lágrima. Jugarse la vida por defender unos colores. Hay pocos jugadores que puedan decir eso porque eso de estar toda la vida en el club en el que creciste como jugador es muy difícil. Como destaques, siempre llegará alguien con pasta. Y el estado económico de muchos equipos hacen que tengan que vender a sus promesas. Pero la afición también está orgullosa cuando gente que se ha ido sigue pensando en el equipo. Recuerdo las celebraciones de Fernando Torres con la bandera de España con el escudo del Atleti. Así, uno no se extraña que el día de la presentación estuviera el estadio casi lleno. Al igual que en todos los partidos salvo alguno de los de Copa.
Pero entiendo que ese sentimiento de orgullo lo tiene que tener todo el mundo que es de un equipo. Gente que vino de fuera y se tiró años defendiendo sus colores con un juego noble y ..... perdón, me fui. Porque si uno no está orgulloso de su equipo, no va al fútbol. Si no va al fútbol, no anima. Si no anima, el equipo no nota el apoyo del público. Si no nota el apoyo del público .... ¿Alguien vio el partido de ayer del Atleti? O, sobre todo, ¿lo oyo? Como dijo el anteriormente mencionado Saúl. Parecían que estaban en casa. Desconozco si otros equipos lo hacen aunque pocas aficiones han callado al Calderón. Pero quien dice fútbol, dice otras modalidades. Estudiantes ha bajado dos veces en tres años. Sigue en ACB por los temas del canon. Pero no he dejado de ser demente. Bueno, también lo sería sin Estudiantes.
Pero, a fin de cuentas, lo que importa es que estemos orgullosos de nuestros jugadores.

jueves, 30 de marzo de 2017

¿Crispación intencionada?¿Intención crispada?

Aunque se que no va a gustar a todo el mundo, este artículo no va ni a criticar ni a ensalzar a nadie. Son sólo opiniones "nacidas" durante mucho tiempo. En la época en la que las cartas al director en Marca ocupaban más espacio que ahora porque se contestaban, Manuel Saucedo, director en aquel momento, a la pregunta de por qué había tantos reporteros siguiendo al Madrid, respondió que generaba más noticias que el resto de los equipos ?????. ¿De verdad? Los días de partido está el que redacta la crónica, el que sigue las ruedas de prensa y el que está en la zona mixta. En los campos de segunda y en la gran mayoría de los de primera, esas tres personas son la misma. Como mucho, dos. Con fotógrafo(s) o no. En el As tampoco es muy diferente. No sé cómo será en el Sport o Mundo Deportivo. Supongo que igual pero con el Barça. Es lo que es noticia. Y la noticia hace vender periódicos aunque mucha gente sólo lea el titular y, sobre todo, nada más que una parte. Voy a poner un ejemplo que se lleva repitiendo desde hace tiempo. ¿Porqué si un jugador del Barça habla de Madrid automáticamente crea polémica y si se hace al revés pasa desapercibido? Igual es que Ramos no ha dicho que le gustaría que el Barça perdiera. Porque Ramos se ha convertido en el portavoz de su equipo aparte de su imagen discutiendo ese puesto con Cristiano Ronaldo (hoy no le llamaré Cerresiete). Porque parece que ningún jugador de otro equipo presenta o asiste a presentaciones de todo tipo, no se entrena por su cuenta, no se si se harán fotos en ropa interior o con su familia. A mí todo eso me da igual pero que eso sea noticia en el bloque deportivo de un telediario antes que una noticia propiamente deportiva, es para que se sancionara al medio. Pero, en el Barça pasa lo mismo con Piqué. En lo de portavoz.
Tengan en cuenta mis lectores que este artículo lo empecé a escribir tras la última movida entre la pareja de centrales (espero que por poco tiempo) titulares de la selección. Ahora, esa crispación esperada se ha ido a las nubes y ha dejado a los periodistas sin chicha. Lo malo de eso es que tienen más tiempo para inventar noticias. El deporte es deporte. Sin más. Pero hay gente que lo ha convertido en un negocio. Al menos, las categorías profesionales de algunos deportes. Y parte de ese negocio es la información. Y parte de esa información es lo que rodea al deporte. Y parte de ese deporte son jugadores y dirigentes. Esa información va desde asistencia a fiestas, tamaño de los contratos y líos. Líos. Y los líos venden periódicos porque un día se habla de lo que dice uno y al siguiente, del otro. Aparte de lo que pueden comentar los compañeros del mismo u otros equipos. Si al final, todo es dinero.
Lo cachondo es que todo el mundo sabe que todo está montado por gente que nada tiene que ver pero comenta que le piten a Piqué en la Caja Mágica. E incluso lo defiende y anima.
Las cosas del deporte.

viernes, 10 de marzo de 2017

Resultado justo. Justicia resultadista.

En esta vida se buscan resultados. Todo lo que se hace es en pos de lograr un resultado. Bueno, por supuesto. Si es así, todo es felicidad porque se ha logrado lo que se quería. Aunque también hay que ser feliz con ello. Lo bueno y lo malo. Entre otras cosas porque puede que un resultado bueno sea, aunque no siempre, malo o, por lo menos, no tan bueno para otros. Así es la vida. Eso sí, lo ideal es eso. Conseguir el resultado. Y de buena forma.
Pero ya que estamos en un blog deportivo, pues hablaremos de resultados deportivos. Ya hablé en una ocasión de los árbitros. Esas personas que velan porque todo sea justo para que el resultado obtenido también lo sea. Lo malo es que, esa justicia puede perjudicar a uno de los contendientes aunque eso no significa que favorezca al otro. Pero no voy a hablar de eso. Voy a hablar del resultado. Para lograr un buen resultado hay que trabajar. Nadie regala nada. No se dan duros a pesetas. A menos que el que reparte los duros lo haga porque esa peseta de puede multiplicar por mucho. Buen resultado. Pero tampoco este tema es algo que quiero tocar. Empezamos con la consecución del resultado y luego hemos seguido con lo que hay que hacer para lograrlo. Vamos hacia atrás. Quien quiere aprobar tiene que estudiar. Quien quiere llegar, conducir. Que quiere recoger, cuidar lo plantado. En el deporte, el trabajo es jugar bien. Así de fácil. Pero en el deporte, el buen resultado es ganar. Si no se gana, no se saca buen resultado. Por mucho que se compita bien. Pero eso es cosa de los competidores. Lo que hay alrededor no compite. Mira y/o juzga. Hay gente que puede hacer las dos cosas que son los aficionados. Pero, realmente, quien juzga, no debe mirar sino ver. Ver para juzgar y juzgar según lo que se ha visto. El problema es cuando se mira a otro lado para no ver o interpretar a su manera lo que se ha visto. Claro que ésto pasa muchas veces. En casi todos los deportes (salvo en los que hay ayudas electrónicas). En todas las categorías. Pero sólo se habla de lo más mediático. Alguien que pisa una línea que no debería pisar en una jugada que sirve para ganar un partido (aunque no directamente), piscineros de turno protegidos, árbitros auxiliares que están para mirar ..... Aunque sea en diferentes niveles y con menos importancia, la justicia es justicia. Imparcial. Para todos. Para conseguir que el resultado sea justo. Para que la justica no mire el resultado.

lunes, 6 de marzo de 2017

La Torre.

Parece ser que todo el mundo se puso de acuerdo aquel viernes. Toda la prensa. Bueno, toda no. Toda la que leí y vi. Susto tremendo. El hecho de que un jugador se quede revolcándose en el suelo como si le hubieran pegado un tiro enerva a todo el mundo. A su afición y a la rival. Y a ésta más cuando de repente se levanta y pasa, de estar medio muerto a ver como el diablo lleva su alma. Todo va entre la pérdida del balón por parte de su equipo y la recuperación del mismo. Intentar frustar jugada del rival y potenciar la suya. En otros deportes de equipo, esas lesiones suelen ser reales. En tenis, por ejemplo, por nombrar deportes individuales. Por eso, cuando un jugador que nunca se queja se queda doliéndose, se sabe que se ha hecho daño. Pero cuando uno cualquiera, quien sea, se queda quieto, al mundo se le encoge el corazón. Ahí se olvidan colores. Salvo cuando Marcelo Nicola, jugador del entonces Taugrés, tras machacar un balón, resbalársele las manos en el aro y caer de cabeza al suelo quedando sin sentido, y un amigo dijo que se jodiera. A nadie le gusta pensar que puede ver una muerte en directo. Fueron minutos de angustia. Minutos transformados en horas. Tirar la Torre era señal de poderío. Pero nunca fue fácil. En ese momento se empieza a hablar del cómo y del porqué. Pero lo que importa es que la Torre fue levantada. Fernando está bien. Y nosotros nos alegramos. Al menos los que le queremos.
Ánimo.

lunes, 13 de febrero de 2017

Justicia arbitral. Arbitraje justo.

De siempre he sabido, por lo que veía en la tele, que muchas cosas requerían de un juez para que todo de hiciera según las normas. Incluso salían jueces en las lecturas de los Evangelios que oía en misa antes de dejar de ir. Y en el deporte no podía ser de otra forma. El juez. El árbitro. Y, por si no quedaba claro, en algunas ocasiones, el juez árbitro. Pero se llame como se llame, está ahí para impartir justicia. Y no haciendo una rifa a la hora de sortear el campo o ajusticiar a alguien cuando se le castiga con la pena máxima como se imaginaba el personaje de una historieta, creo que de Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, en el Zipi y Zape, el Mortadelo o el Pulgarcito, de hace más de 35 años. Ese señor de negro. Como los jueces de los juzgados. Así debería ser. Por eso me hace gracia cuando oigo decir o leo que el arbitraje español es el mejor de Europa. Dios, mo quiero ni pensar, no ya del último país sino de la liga que ocupe en el puesto 12. Todos y cada uno de los encargados de impartir justicia en los campos de fútbol hacen pretemporada como los equipos aunque la suya sólo es para comprobar estado físico y repasar conceptos. Si, esos conceptos que luego se saltan a la torera. El fuera de juego, por ejemplo, lo marca la posición. Y ésta no la establece el tronco o los brazos. Lo hacen los pies que es la única parte del cuerpo dónde no se mira. El juez de línea debe estar atento a la jugada. Por eso sorprende que pite fuera de juego de alguien que está medio metro más atrás que el penúltimo jugador (no último defensa porque, a pesar que muchos lo desconocen, incluidos los árbitros, el portero también cuenta) o no piten uno con el atacante medio metro por delante de ese penúltimo jugador. También se pita si el atacante hace intención de intervenir en la jugada, ya sea yendo a por el balón o bloqueando defensas. Tampoco se sanciona las pérdidas de tiempo. No puede ser que las tarjetas se saquen al final del partido ¿Porqué no hay tiempo de saque igual que en tenis? El fingir. Ese tío al que parece que han matado cuando pierde el balón pero que corre como para salvar su vida cuando su equipo lo recupera. Las provocaciones. Las protestas. Las barreras. Uno no calcula 9,15 metros (distancia a la que debe estar) a ojo como tampoco debe hacer la marca una vez que los jugadores se han colocado. Debe ser al revés. Otra de las cosas que debe tener en cuenta el árbitro es que una falta es una falta. Y si se pita en el medio campo, también debe de hacer en el área. Una entrada dura por detrás merecedora de tarjeta, debe ser castigada con ella aunque se lleven 30 segundos de partido. Y si hay que expulsar a un jugador antes del minuto 10, se le expulsa. Recuerdo cuando Estudio Estadio se dedicaba sólo a poner los resúmenes de los partidos y a analizar la moviola en vez de hablar del Madrid y con un tío (que se cree gracioso por los programas en los que ha salido) que pone vídeos chorras. Ahí, el árbitro que hacía este análisis, hablaba de los jugadores por como eran sus camisetas. Ahora todos los comentaristas arbitrales han sido los peores, con diferencia, que han pasado por nuestra Liga. Hay un mal endémico en el arbitraje. Y no sólo en fútbol. ¿Porqué no son profesionales los árbitros como en la NBA?¿Porqué tienen una edad para dejar de pitar? Un árbitro profesional pondría más cuidado en hacer su trabajo. Así no se hablaría tanto de ellos.
Sólo queremos justicia.

viernes, 3 de febrero de 2017

Política futbolística. Fútbol politizado.

La verdad es que me ha costado ver en qué orden ponía el título pero creo que así va bien.
Esa primera parte viene a razón de como los equipos planifican hasta el último detalle de la temporada. Incluído cuando van a anunciar suspensión de pagos y declararse en bancarrota. No se ni cuándo, dónde ni por qué dijo Vujadin Boskov la famosa frase "Fútbol es fútbol". Y así es. No es más. O no lo era. Al menos a nivel profesional o semiprofesional. Incluso a nivel de pequeños está dejando de serlo. Ese sentimiento romántico sólo se ve (o yo sólo lo he visto) en las ligas municipales y privadas donde, además de pagar por jugar, incluyendo un tanto por cierto para árbitros y alquiler de pistas, la gente juega porque le gusta. Ni más ni menos. Como pasaba antes aunque se arrastrara a unos cientos o miles de personas. Ese sentimiento, ajeno totalmente a la actual política futbolística, se originó en la última mitad del siglo XIX en Inglaterra. Tampoco se si cuándo ni dónde porque no viene al caso. Pero allí nació. Ese deporte que se definía como un grupo de hombres corriendo en calzoncillos detrás de una pelota como se definía a principios del siglo pasado, pasó a convertirse en pasión con el paso de los años. Y ahí empezó a gestarse la política futbolística. La búsqueda de patrocinadores, jugadores que puedan mejorar el equipo, servicios para los seguidores, ...... Todo mirado al milímetro. Sobre todo desde que los equipos se convirtieron en sociedades anónimas (nunca he entendido el porqué algunos no pero eso debe ser porque nunca pregunté). Juntas directivas, accionistas, dinero. Política y agentes. Dinero.
Pero lo malo no es que los equipos puedan ir perdiendo su identidad en función de la gente que compre el club, no. Lo malo es la entrada de la política en el fútbol. No puedo entender el porqué. Lo que al principio fue el grupo de chavales que tenían más fuerza y eran más animosos por lo que podían animar más y más alto, se han convertido en grupos extremos, que sí, animan, cantan, gritan, llevan en volandas al resto de la afición para animar. Pero extremos. Si hay dos equipos con cierta rivalidad, que ha pasado de las charlas del lunes a broncas y peleas porque si los ultras de un equipo son de derechas, los otros tienen que ser de izquierda. ¿Porqué? Es un mal que viene de la violencia que ha ido surgiendo de esa rivalidad entre la gente joven. La tragedia de Heysel lo llevó a la primera plana de la prensa. Los conflictos religiosos, nacionalistas, incluso de barrios. Todo ha ido degenerando hasta lo vivido esta semana en el Rayo. Zozulya puede quedarse sin jugar lo que queda de temporada sólo por apoyar a su país y a los que luchan contra los prorrusos que buscan la escisión de parte del país. Y ese apoyo, incluso a los paramilitares, que los Bukaneros deben tomar como nazis (deben olvidar lo que significa ese término), ha servido para ser recibido como un apestado sin prestar atención a lo importante. Ha ido a jugar para que el equipo cumpla sus objetivos.
Mala la política futbolística. Malo el fútbol politizado. Malo todo lo que empaña y ensucia el fútbol. Igual hay que volver a jugar en campos de tierra o en las pistas de los polideportivos para recuperar la esencia del deporte. No se ni cuándo, ni dónde, ni porqué pero Fútbol es fútbol. O era. O debería ser.

jueves, 26 de enero de 2017

Copas. Dedicado a mi compañero covadonguero o covadonguista David Ricote.

El término copa tiene varias acepciones pero, básicamente, se usan sólo dos. Recipiente para contener bebida y luego ingerirla y trofeo que se entrega al ganador de algo. Antiguamente, al ganador se le entregaba una prenda de una dama. Pero lo de la copa al vencedor viene de cuando éste brindaba por el triunfo. ¿Y cómo se brinda? Pues levantando la copa. También el término se ha usado para denominar competiciones en las que el premio era, y es, una copa que levanta el vencedor.
En España, el torneo ha tenido diferentes denominaciones. Se le ha llamado Copa de España, Copa del Rey y Copa del Generalísimo. Cada una en una época. Cada una con un premio. Pero el mejor de todos fue cuando el ganador se clasificaba para jugar la Copa de Ferias, competición de la que mucha gente no sabe y que jugaban los equipos de ciudades europeas que celebraban ferias de cierto nombre. Después se cambió el nombre a Recopa. O sea, dos copas que, en realidad, mientras una era Copa de campeones de Liga, la otra era Copa de campeones de Copa. Pero eso es otra historia. Hubo un tiempo donde, mientras los grandes luchaban por la Liga, otros lo hacían por la Copa. Eso era mejor que quedar segundo, tercero o cuarto que eran los que jugaban la UEFA. Eso mo quitaba para que Athletic de Bilbao, Real Madrid, Atlético, Barcelona o Sevilla la hayan ganado en los últimos 20 años. También era, es, una competición para que jugaran los menos habituales para que alguien les viera y se los llevaran o tenerlos listos para jugar algún partido previo a alguno importante, por no cargar de minutos a algún jugador o reservarle de alguna tarjeta "suspendedora". Pero, desde que hace años se han empezado a manejar términos como doblete o triplete. Eso sirve a algunos para sacar pecho y menospreciar al resto. Porque eso da opción a ganar otros dos títulos. De ahí que equipos de primera fila apuesten por esta competición. Claro, apuesten hasta que les eliminan. No se si lo harán todos pero si, al menos, esos que, aunque no tengan noticias, copan las portadas de los informativos aunque sea para comentar una foto en bañador o ropa interior. La eliminación convierte a la Copa en un torneo menor, una sala de laboratorio porque se piensa en los otros objetivos que son por los que se lucha.
Eso me parece tan "menospreciable" como aquella vez que el Barcelona se presentó a una eliminatoria, no se si era ida o vuelta, en el Nou Camp con sólo diez jugadores. Pero cada uno es como es y así hay que respetarlo, cuidarlo y quererlo para que no se sienta solo.