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lunes, 26 de junio de 2017

Esas son mis chicas.

Desde hace un tiempo a esta parte, el deporte femenino nos ha acostumbrado a darnos alegrías. Tanto en deportes individuales como colectivos. Atletismo, natación, balonmano, baloncesto, hockey .... Incluso deportes tan asociados a lo masculino como rugby o fútbol. Cierto es también que el acceso de las mujeres al deporte de élite fue muy complicado durante mucho tiempo. Aún lo es en países sin recursos o cuya cultura no lo permite. Pero, aunque haya gente que no lo entienda o no lo quiera entender, una mujer tiene el mismo derecho a competir en lo que sea si n restricciones.
Ayer volví a maravillarme viendo a la selección femenina de baloncesto. Ya lo hice en el primer partido aunque no me gustó el tercero donde se defendió muy mal y que sirvió para cosechar la única derrota del campeonato. También me perdí el de cuartos. A veces son incompatibles los horarios de partidos y trabajo. Pero la semifinal y la final fueron majestuosas. Además, hay que ir cambiando piezas porque la gente se empieza a jubilar. Al igual que en balonmano, selecciones que también nos han acostumbrado a pelear por todo pero que hay que renovar. Y lo bueno es que, a pesar de que hay que cambiar cosas, el nivel sigue siendo el mismo. Aspirar a lo máximo pero sin venirse arriba. ¿Alguien no da a Carolina Díaz, Mireia Belmonte, Ruth Beitia o Maialen Chourraut en una final?¿Y sin medalla? No. Nadie. Y es que, por alguna razón, a lo tonto, a lo tonto y, sobre todo sin hacer ruido, nuestras deportistas, desde categorías inferiores, de ésas de las que no se habla más que en los colegios o en las charlas entre amigos mientras se ven fotos, han dicho que ahí están ellas. Y eso, el que se vean, ha hecho que empresas empiecen a patrocinar al deporte femenino. Dinero sin el que no de puede hacer preparación aunque no faltan las que se van fuera. Desconozco como irá ahora el tema de las becas ADO, algo sin el que much@s deportistas podrían prepararse ya que no tod@s pueden compaginar entrenamientos con estudios y/o trabajo. Y si es complicado para los hombres, que decir de las chicas que, además tienen el hándicap de querer ser madres. Eso sí, quien ha querido lo ha sido y ha vuelto a la élite. Es más dicen que con mejores condiciones.
Pero sigue siendo difícil porque, por muy buena que sea Garbiñe Muguruza, nunca será Rafa Nadal. Por buena que sean Alba Torrens, Laia Palau o Marta Xargay, nunca serán Pau Gasol, Ricky Rubio o Sergio Llull. Por muy buena que sean Vero Boquete o Amaya Sampedro, nunca serán Cerresiete o Koke. Es más, es más noticia una foto de aquél que una victoria de ellas. Lo malo es que hay mucha gente que presume de que le gusta el deporte pero, a la hora de la verdad, sólo sabe hablar de fútbol. Y poco.
Eso también es un asunto a tratar al hablar de igualdad. Ellas luchan, pelean y se entrenan igual que ellos pero deben rendir el doble para que las nombren en las noticias. Eso no debe ser así que los estamentos responsables deberían ponerse de acuerdo para pedir a los medios de comunicación mayor presencia en ellos. Por ellas. Porque se lo merecen.
Va por vosotras.