Principio del final. Final del principio.

Siempre he dicho que lo que termina es porque empezó y todo lo que empieza tiene un final. La cosa es que lo primero de sabe lo uno y lo otro pero de lo segundo, la segunda fecha puede no conocerse.
Y toda esta gilipollez viene porque el 1 de junio terminan los contratos de los jugadores de fútbol y empiezan las presentaciones y las despedidas (con mejor o peor talante, con mayor o menor elegancia, con mayor o peor tal) de los jugadores.
Pero es lo que toca. Mirándolo como si fueran trabajadores (igual se vería mejor si fuera como los ingleses que cobran por semanas) es normal que si te vayas s otra parte si tienes mejores condiciones. Mirándolo como futbolistas y como aficionado normal, la pregunta que se hace los dos primeros días es que es mucho dinero y que a saber de donde lo sacan.
Pero si en vez de ser aficionado normal (o sea, el que mira las páginas de fútbol de periódico leyendo sólo los titulares y comenta nada más de lo que ve en los informativos) es aficionado a un equipo (o sea, aquel que puede ser seguidor de n equipo siendo de pago o no y que siempre busca las noticias del mismo), éste ve el tema de las despedidas de maneras diferente, sobre todo teniendo en cuenta su rendimiento y su comportamiento dentro y fuera del campo. Si éste ha sido bueno digno de mérito, al aficionado le fastidia que se vaya aunque la cosa cambia en la forma que se vaya.
Pero todo forma parte del espectáculo en el que se ha convertido el deporte sobre todo el más mediático porque de otros, salvo contadas excepciones, la gente entra y sale sin que se enteren, a veces, sus aficionados normales.
Y así va la cosa. Final de las vacaciones, final de contratos, principio del trabajo, principio de trabajo.