Motor

Apenas terminaron las temporadas de Fórmula 1 y de motociclismo y la gente ya está esperando la siguiente. En parte por el mono de la competición, en parte porque no dejan de sucederse noticias relaccionadas con ese nuevo curso. Y es que al lunes siguiente a la última carrera, los pilootos ya estaban subidos a sus nueva máquinas. De forma real (como en motos) o de forma mental (como en los coches). Esta semana se han hecho pruebas en Montmeló con los coches de Fórmula 1 para probar las nuevas características de los coches aunque también se están produciendo rumores sobre que volantes, de los que están libres (o ligeramente libres) ahora, se pueden ocuapar en un corto espacio de tiempo. y es que el tener pilotos confirmados es un quebradero de cabeza menos para las escuderías. Dado que todo está pensado y calibrado al milímetro en los coches, el hecho de que se piense en un piloto, con una talla y un peso determinado y que, de repente, el que vaya a pilotar ese coche sea otro, puede ser un retraso en el desarrollo del bólido.
En motos, ese problema es menos graves. En parte porque, el que más o el que menos, ya sabe cómo y dónde va a correr la temporada que viene. Lo más novedoso va a ser el hecho de que en MotoGP, todos deben llevar el mismo fabricante de neumáticos. Eso es algo que hará que mucha gente se tenga que buscar otra excusa para explicar el porqué se una mala carrera, un mal fin de semana o una mala temporada. Otra cosa que llamará la atención será la presencia, de nuevo, de Sete Gibernau, así como la ausencia de Pablo Nieto. Dos clásicos. El hijo del gran Ángel (¿para cuando el Príncipe de Asturias?), que nunca ha tenido una buena moto o no la ha sabido aprovechar, será el jefe del equipo junto a su hermano que ha sido quien le ha llevado en su último año. Sete vuelve con una buena moto y con ganas. Espero. Lo único malo es que habrá un español fuera del podio.