Vuelve la Liga de Campeones

Con el declive del invierno, vuelve la Liga de Campeones. Además, este año regresa cuando empieza lo interesante. La hora de los cruces es el momento más esperado por todos a los que nos gusta el fútbol. Ahora es todo o nada. Ganas, sigues. Pierdes, a casa. Claro, que todo depende de como te hayas planteado la temporada. Si llegas sin querer y pierdes, pues vuelves diciendo que has llegado más lejos de lo que habías pensado y que te quiten lo bailao. Si ganas, pues a seguir soñando. Pero si querías llegar lejos y te echan a las primeras de cambio, ya tienes lío montado en casa. El Madrid salió escaldado de Roma. Como dije hoy, demasiado premio para la Roma y demasiado castigo para el Madrid. Pero es lo que tiene el jugar un fútbol vertical y de toque durante 30 minutos, con una defensa de mantequilla y ante un equipo italiano. A la primera que pueden, te la lían. Y eso fue lo que le pasó al Madrid. Se la liaron. Y no supieron reaccionar. El fútbol alegre, rápido y vertical no tiene sentido si no tienes la pelota o no la puedes jugaro la gente que corre, se cansa. Eso fue la historia del Madrid en la segunda parte. Y llegó de nuevo el equipo italiano, sacó petróleo de una jugada aislada basada en un despiste defensivo y a defender.
Al Barcelona también le cuesta un disgusto sus errores defensivos. Dos de ellos dieron lugar a los goles del Celtic. menos mal que, a diferncia del Madrid, hoy el Barcelona ha seguido creando peligro, aparte de tener la suerte de empatar el primer gol muy rápido. Si llegas mucho, marcas seguro. Y a eso ha jugado el Barça. A crear oportunidades. Y ganó por eso. Bueno, por eso y por la calidad de la gente de arriba y porque hoy, Ronaldinho, por fin, ha jugado. Al Sevilla, como no me cae muy bien, no le he seguido mucho. Pero los tres goles que ha encajado demuestran que tampoco defendió muy bien. Ahora a esperar el desenlace.
Hasta la próxima.