Que bonito, qué alboroto

Y ya tenemos otro fin de semana de emoción deportiva. Vaya, en primer lugar, mi más cordial enhorabuena y felicitación efusiva para toda la plantilla, cuerpo técnico y directiva del DKV Joventut por proclamarse brillantemente, campeón de la copa ULEB, recogiendo el testigo del Real Madrid que la ganó el año pasado. Y también hay que felicitar al otro finalista, Akasvayu Girona, porque, aunque no sea un consuelo, las finales sólo las pierden los que las juegan. Y todo sin ninguna televisión se haya hecho eco de la fase final de la competición, realizada a imagen y semejanza de nuestra fantástica Copa del Rey. Espero que algún canal digital tenga a bien echar los partidos que han jugado los equipos españoles. Claro, que tampoco quisiera olvidarme del Pamesa Valencia, que tuvo la mala suerte de cruzarse en la primera eliminatoria con el campeón. El premio del equipo de Badalona es jugar la Euroliga el año que viene junto a TAU y Unicaja por el valor de los resultados de las últimas temporadas, y, posiblemente, el Real Madrid, que tiene todas las papeletas de quedar primero en la fase regular, cosa que, desde esta temporada, clasifica directamente para la máxima competición. Ésto deja fuera al Barcelona, inmerso en una especie de crisis desde antes de la salida de Ivanovic y al que solo le queda el consuelo de intentar ser campeón de Liga.
Aunque me perdí la carrera de 125 (vaya horarios, por Dios), de nuevo los nuestros, en el que llaman el cuarto gran premio español, han dado la talla desde los mismos entrenamientos. El pique Lorenzo-Pedrosa da mucho juego. Hay muchos que creen que es algo relativamente nuevo, pero se remonta a las carreras de 125 donde Jorge era un imberbe niñato (claro, como Dani), que peleaba por cada centímetro como si fuera el último. No le importaba quien estuviera delante. Él tenía que pasar. Y eso le llevó a tener muchos rifirrafes con varios pilotos. Y como todo sube, pues suben los pilotos de categoría y siguen las pugnan, teniendo en cuenta que, las motos son cada vez más grandes. Lorenzo es muy chulo. Las celebraciones del año pasado rallaban lo absurdo. Pero eso también es espectáculo. Siempre dije que era la versión española de Rossi, con la diferencia de que éste es italiano. Como también dije que el peor sitio para que comenzara su trayectoria en MotoGP era el equipo oficial Yamaha. No se iba a conformar con correr en un equipo satélite sin posibilidad de ganar y con motos que sólo sirven para probar, como le pasó a Carlos Checa durante dos años antes de su última temporada en el Mundial. Él iba a correr en un equipo oficial. Honda, por Dani Pedrosa, estaba descartado a menos que éste se fuera. Kawasaki, a pesar de tener un buen nivel durante la segunda parte del campeonato, no daba la talla. Suzuki, tres cuartos de lo mismo. Y Ducati tenía a Stonner y acabada de echar a Capirossi. Así que quedaba Yamaha. A Rossi no le gusta que nadie le haga sombra. Y menos un tío que parece la versión suya de hace unos años, que desde el primer momento ha rodado más y mejor que él y que, por si fuera poco, ya ha pisado el podio más veces que él en sólo tres carreras. Que nadie lo dude. Si Rossi tiene la oportunidad de tirar a Lorenzo como ya hizo son Sete en su momento, lo hará. Y si aislarlo se tiene que aliar con Pedrosa, lo hará. Lorenzo quiso ganar y ganó. En la zona más complicada del circuito pasó a su jefe de filas sin ningún problema y le dejó tirado. Pedrosa hizo lo mismo en la recta de meta y ambos se fueron a por la victoria a pesar de que la Yamaha corría más. Pedrosa, muy listo y calculador, prefirió la segunda plaza a nada. En 250 parió que se iba a repetir lo de Jerez cuando Simoncelli y Bautista lucharon a brazo partido hasta la última curva en la que, ya sea por culpa del italiano (otro más) o problemas mecánicos de Bautista, ambos acabaron por los suelos. Pero Álvaro retomó la versión que le hizo campeón en 125. Romper la carrera e irse sólo. Chapeau para él. Y Simoncelli, a verlas venir y sin enterarse que Kallio había dejado al grupo de atrás y se le acercó tanto que le tuvo que meter la moto en una maniobra poco deportiva para no perder la segunda plaza. Bien Simón al que no le aguantó la moto tras llegar al grupo perseguidos de los dos primeros y Barberá, más de lo mismo. El empedrado tiene la culpa.
¿Y qué hay de la liga de fútbol? Pues más de lo mismo. El Madrid hace un partido aburrido y gana gracias a una genialidad. Por cierto, no creo que Clemente pusiera tanto autobús como la prensa dice. Atacó y lo hizo con más peligro que el Madrid. Lo de Torres fué roja. Lo de Guti, penalty. Y si saca amarilla a Pepe por le primer codo que saca, con el segundo debería haberle expulsado. Los que le persiguen se esfuerzan en que se vaya. Batacazo al Barcelona con su empate en huelva aunque creo, sinceramente, que el primer gol de Recre no fue ya que la pelota no llegó a entrar (que malos son los realizadores de Telecinco) y que mala suerte con el resbalón de Valdés en el segundo. Lo de Eto'o fue un golazo. El Villareal perdió una gran ocasión en Almería. Perdió y lo hizo justamente. Por detrás, ganaron Racing en Valencia (la temporada me da que no la salvan ni ganando la Copa del Rey) y Sevilla, achuchando a un Atlético que vió como le empataban en el último suspiro de partido. Por abajo, sorpresón del Levante en el Ruiz de Lopera, ganando a un Betis que se mete en problemas. Derrota más que cantada (al principio) del Murcia en el Bernabeu, empate del Zaragoza en Getafe. Victoria del Deportivo que le hace coger aire a un Athletic que lo pierde un poco. Emoción (algo) por arriba y agobios (muchos) por abajo.
Seguiremos informando y con las clases de fútbol.